En esta bella experiencia que tuvimos en la comunidad San Juan de Toxi, Atlacomulco, se combinó diversión e interés sobre el papel de la enfermería en comunidad y con mis compañeros de quinto semestre. Fue una experiencia que le gustaría repetir a la mayoría, pues aprendimos cosas buenas, y se podría decir que también un poco de malas. ¿Por qué lo segundo? Porque en comunidad las personas no cuentan con servicios básicos (agua, luz, drenaje, etc.), a diferencia de quienes viven en la ciudad.

Lo anterior, como personal sanitario, nos hizo preguntarnos qué estamos haciendo para mejorar. Y esto se logró haciendo un diagnóstico situacional, en el que se evaluaron todos los factores negativos que se encontraron en la comunidad, y con ello emplear intervenciones de enfermería para que se lleven a cabo en la Clínica Mazahua, donde se atienden la mayoría de las personas que viven en Toxi, ya que ir a una clínica privada puede ser costoso para una persona que vive con el salario mínimo.

Aun así, puedo decir que volvería más de una vez. El estar ahí nos hizo apegarnos a algunas familias de la comunidad; y es por ello que me encantaría hacer intervenciones profundas con las familias, para así lograr un cambio positivo en ellas, tanto físico como mental.

En conclusión, creo que el implementar prácticas a comunidad enriquece el saber si esto es para ti, si tu labor está en ayudar a otros. Yo recomiendo que el personal sanitario asista a estas prácticas para que su labor llegue a más personas y se realicen intervenciones médicas, de enfermería y psicología.