Alumni Alberto Guijosa Ramírez es contratado por el Dana-Farber Cancer Institute, el hospital de cáncer de Harvard

Mi papá, un físico teórico con una profunda pasión por la ciencia, me transmitió no sólo una visión científica del mundo, sino algo más esencial: desde que tengo memoria, insistió en que cuando eligiera mi camino laboral, lo hiciera a través de encontrar mi pasión. 

Siguiendo este consejo, desde joven me enfoqué en explorar mis intereses, y pronto descubrí mi pasión por la medicina y la ciencia. Esto me llevó a la Escuela de Medicina de la Universidad Panamericana (UP), donde se me abrieron muchas posibilidades para construir una carrera en medicina clínica y de investigación. Mi objetivo siempre fue trabajar en Estados Unidos, país en el que nací, estudié parte de la secundaria y conocí programas que se alineaban con mis metas en medicina clínico-científica.

Gracias a la UP, tuve acceso a mentores como el Dr. Gregorio Obrador, el Dr. Andric Pérez y el Dr. Aldo Acosta, quienes habían seguido una ruta similar. Ellos me inspiraron y orientaron en el camino hacia una carrera clínico-científica en Estados Unidos, enfocada en la investigación contra el cáncer.  Con el apoyo directo de la UP, logré realizar diversas rotaciones clínicas durante mi internado médico en hospitales de renombre en Estados Unidos: Yale New Haven Hospital, Northwestern Memorial University Hospital en Chicago, University of Miami Hospital, y Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSKCC) en Nueva York, considerado uno de los dos mejores hospitales de cáncer del mundo. Estas rotaciones fueron posibles gracias a los convenios exclusivos de la UP, siendo la única universidad latinoamericana con acuerdos directos con Northwestern, y una de las pocas en México con la Universidad de Miami, así como por el apoyo directo en el proceso de aplicación para Yale y MSKCC.

Cada una de estas experiencias me proporcionó herramientas valiosas para mis próximos pasos en la residencia en EE. UU., y me permitió una alta exposición clínica en el contexto hospitalario estadounidense, con un enfoque especial en oncología y hematología, mis especialidades de interés. En estas rotaciones, asumí esencialmente el rol de un residente de primer año, atendiendo pacientes, presentando avances y realizando ajustes de tratamiento bajo la supervisión directa de médicos adscritos. Esta experiencia me dio una visión clara del funcionamiento hospitalario en EE. UU. y me permitió familiarizarme con el sistema electrónico de expedientes médicos, una herramienta central en el manejo y tratamiento de pacientes, optimizando mi tiempo para enfocarme en la interacción y conexión emocional con el paciente. Pero más que nada, estas rotaciones me permitieron conectar con personas y mentores excepcionales: desde residentes con diversas metas y perspectivas, hasta clínicos-científicos y médicos adscritos que me guiaron en mis siguientes pasos, me enlazaron con personas clave, me apoyaron con cartas de recomendación y me enseñaron sobre cómo la ciencia y la clínica convergen en el cuidado humano, especialmente en pacientes con cáncer.

Todo esto me motivó a regresar a México para realizar mi servicio social en investigación en el Instituto Nacional de Cancerología, dentro del Programa Nacional de Investigación, bajo la tutela directa del Dr. Óscar Arrieta, Director del instituto. Trabajé principalmente en investigación en cáncer de pulmón, mientras mantenía la interacción y el seguimiento con pacientes oncológicos durante todo mi último año de carrera. 

Finalmente, este camino culminó con mi contratación en el Dana-Farber Cancer Institute, el hospital de cáncer de Harvard, para realizar investigación como Postdoctoral Research Fellow, participando también en consultas semanales y periodos de atención a pacientes hospitalizados.

A solo unos meses de haberme graduado de la UP, y comenzado mi trabajo en Dana-Farber, con aún muchos pasos por delante, puedo decir que cada día me despierto con la satisfacción de hacer lo que siempre soñé, y con excelentes oportunidades para avanzar hacia la residencia.

Todo esto ha sido posible gracias a las extraordinarias herramientas y oportunidades que me brindó la UP, y, específicamente, al apoyo de sus profesores y alumni, quienes generosamente compartieron conmigo su experiencia para ayudarme a definir mis metas y lograrlas. La UP me dejó la enseñanza de aprender de quienes me rodean (profesores, estudiantes mayores y compañeros), observando sus metas y su trabajo para construir mi propio camino. De esta misma manera, me entusiasma la posibilidad de ayudar a quienes siguen o contemplan seguir una ruta laboral similar a la mía, con el objetivo de continuar fortaleciendo a la comunidad médica de nuestra querida UP en todo el mundo.

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