El pasado 18 de enero, se celebró la comida de jubilación del Dr. Guillermo Rafael Cantú Quintanilla, con una simple pero cariñosa comida, entre colegas, amigos y compañeros de trabajo. Donde se destaca el discurso de la Dra. Casas que mostramos a continuación:

Es para mí un gran placer hablar hoy sobre el Dr. Guillermo Cantú, no solo en su faceta profesional, sino como un compañero y amigo. 

Aunque es difícil condensar en pocas palabras la esencia de una personalidad tan rica y compleja, quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones que, creo, capturan su verdadero espíritu.

Hace ya unos 25 años, tuve el placer de conocer a Guillermo. Desde entonces, ha demostrado ser una persona de convicciones sólidas y un carácter coherente y constante. Su llegada a la Ciudad de México desde Monterrey marcó el comienzo de una trayectoria brillante, caracterizada por su amabilidad.

Pero, de otra forma, quizá por sus ocho licenciaturas y posgrados, podemos interpretar sus intereses. Guillermo se ha destacado en múltiples campos, desde la medicina hasta la filosofía, la psicología, la docencia y la bioética. Cada una de sus elecciones académicas y profesionales refleja su compromiso inquebrantable con el desarrollo humano integral, su búsqueda incansable de respuestas a las grandes preguntas de la vida y su afán por dejar una huella positiva en el mundo.

¿Y qué me dice todo esto de Guillermo Cantú? Me habla de su compromiso con la trascendencia, de su compromiso ante él mismo y ante su Creador y en su porqué de su existencia en el mundo. A través de su vocación, encaminada al campo del desarrollo humano, Guillermo se esfuerza en dejar un mundo mejor, no solamente en el plano físico, sino también en el espiritual y trascendente. 

Seguramente, sus acciones han sido cruciales para quienes ha asesorado, dado clases, terapias o con quienes ha convivido como compañero y amigo. ¿Por qué lo digo? Porque me consta su compromiso siempre dispuesto, positivo y propositivo. Para él todos están en positivo, siempre hay solución, siempre es posible un cambio; y siempre ha estado dispuesto a ofrecer su apoyo, orientación y aliento. 

Por cierto, le encantan las encuestas. Todo el mundo le ha contestado alguna… Lo que nos lleva nuevamente a su preocupación por entender las conductas, los porqués; para de allí proponer acciones enriquecedoras. Para él, todo reto debe tener una propuesta positiva. 

El Dr. Cantú es un ser polifacético y a veces nos preguntamos si tendrá el don de la ubicuidad, porque siempre esta en muchas partes y en cosas diferentes a la vez… De verdad, un reto difícil de igualar.

En varias ocasiones, sobre todo al principio de sus estudios, me comentó que le costaba mucho oír y ver cómo sus profesores y compañeros defendían argumentos equivocados. Pero, como es muy prudente, no tuvo problemas ni bloqueos durante su doctorado; y se adaptó con una forma comprensiva a las distintas posturas.

Yo fui su sinodal en su defensa de tesis doctoral, la cual fue muy bien recibida y obtuvo la Medalla Alfonso Caso. En esa ocasión, además de su logro académico, me llamó mucho la atención que, para su defensa, puso a disposición para los sinodales el mejor café y las galletas más finas.  

Considero que es una persona alegre, optimista, de fuertes convicciones éticas, comprensivo, trabajador, interesados en muchos campos de actividad, abierto con todas las personas de todas las edades. O sea, una verdadera persona humanista, en el correcto sentido de la palabra. 

A lo largo de su carrera, Guillermo ha sido un mentor inspirador, siempre dispuesto a encontrar el lado positivo en cada situación y de cada persona. Su enfoque siempre proactivo ha sido un faro de esperanza y guía para muchos, especialmente para aquellos estudiantes que presentaban mayores desafíos.

El Dr. Cantú encarna la práctica genuina de la prudencia, basada en el respeto y la confianza. Su búsqueda constante de la verdad y su buena voluntad han sido un ejemplo para todos nosotros.

Dr. Cantú, en nombre de nuestra universidad y de todos los que hemos tenido el privilegio de compartir momentos contigo, recibe nuestro más sincero agradecimiento. Te deseamos lo mejor en esta nueva etapa de tu vida, sabiendo que seguirás influyendo positivamente en aquellos que tengan el placer de conocerte.

¡Muchas felicidades y un sincero agradecimiento por todo lo que has aportado a nuestras vidas!

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