Salud mental: la mejor inversión para ti y tu empresa

Para cualquier director de una empresa, líder de un equipo o departamento, es fundamental tener mucho autocuidado y conciencia sobre el estado emocional de sus colaboradores. 

Sentimiento de fracaso, problemas económicos y pérdida de un ser querido son sólo algunas de las causas que pueden desencadenar depresión en la vida adulta de cualquier persona. Este trastorno de salud mental, para el 2030, se convertirá en la primera causa de discapacidad a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Quienes sufran de este padecimiento experimentarán de forma inherente una afectación en su vida profesional, debido a que puede causar incapacidad laboral. Por ejemplo, una persona puede empezar a llegar tarde porque se pasó toda la noche pensando en distintas cosas que la tienen intranquila, por tanto, no cuenta con la energía suficiente para iniciar el día. Esto, a su vez, se traducirá en ausentismo o baja de productividad, lo cual provocará rotación dentro del negocio.

La depresión no discrimina, por lo que actualmente la padecen alrededor del 5% de los adultos a nivel mundial (más mujeres que hombres) y las pérdidas anuales que genera esta discapacidad suman alrededor de 1 billón de dólares.

Es por ello que es fundamental tener mucho autocuidado y conciencia sobre nuestra estabilidad emocional, especialmente como responsables de nuestros colaboradores.

Dentro de las empresas, la NOM-035-STPS-2018 Factores de riesgo psicosocial en el trabajo-Identificación, análisis y prevención ha significado un gran avance en la materia, al sentar las primeras bases, en quitar estigmas y permitir hablar de las afecciones emocionales de cada persona. A pesar de ello, aún queda camino por recorrer en la concientización sobre el tema, por lo que hay que tomar especial consideración en los síntomas de la depresión.

Guía básica

A continuación, se incluye un pequeño check list para identificar un problema de depresión. 

En las últimas dos semanas (o más) has estado: 

1.     Deprimido, sin ganas, triste o irritable;

2.     Con disminución del placer por las cosas que antes te gustaban;

3.     Con cambios en tus hábitos alimenticios; 

4.     Con problemas de sueño (durmiendo más o menos);

5.    Con inquietud, pensando todo el tiempo, y moviendo mucho una mano o un pie;

6.     Con fatiga; 

7.     Con sentimiento de culpa o inutilidad (sentir continuamente que algo de lo que estoy haciendo está mal); 

8.     Con falta de concentración;

9.     Con pensamientos recurrentes relacionados a la muerte (tuya o de otras personas) o ideas suicidas.

De contar con tres a cinco coincidencias de estos nueve puntos, es momento de acudir con un especialista y pedirle su ayuda, antes de que el cuadro se pueda agravar.

Y recuerda: es vital normalizar hablar de salud mental, deja de estigmatizar.

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