El pasado 17 de enero, la Escuela de Medicina celebró con orgullo la Ceremonia de la Bata Blanca, un momento trascendental en la vida académica de nuestros 47 alumnos de cuarto semestre, generación 2023.
Este evento marca el inicio de sus rotaciones hospitalarias, donde comenzarán a aplicar sus conocimientos en un entorno clínico real, enfrentándose por primera vez a los retos y responsabilidades que conlleva el ejercicio de la medicina.
Para nuestros estudiantes, recibir la bata blanca significa mucho más que un cambio en su vestimenta: es un símbolo de vocación, compromiso y ética. Representa el inicio de una nueva etapa en la que, además de seguir fortaleciendo sus conocimientos, deberán cultivar la sensibilidad y el respeto hacia sus pacientes, entendiendo que la medicina no solo trata enfermedades, sino personas.
Tuvimos el honor de contar con la presencia del Dr. Enrique Ruelas, quien, con su elocuente narrativa, compartió experiencias —tanto reales como ficticias— que ilustran la importancia de una relación médico-paciente basada en la empatía, la ética y la responsabilidad. A través de historias de buenas y malas prácticas médicas, invitó a nuestros estudiantes a reflexionar sobre la huella que dejarán en cada paciente, recordándoles que cada palabra, cada gesto y cada decisión pueden marcar una diferencia en sus vidas.
Uno de los momentos más especiales de la ceremonia fue la entrega de la bata. Cada estudiante fue acompañado por su padrino o madrina de bata, una persona significativa en su trayectoria académica y personal, quien tuvo el honor de colocarles la bata al ser nombrados. Este gesto simboliza el respaldo y la guía que los acompañarán en este camino.
A nuestros alumnos, les decimos: usen su bata con orgullo, pero, sobre todo, con responsabilidad. Que cada vez que la vistan recuerden la razón por la que eligieron este camino y el impacto que pueden tener en la vida de los demás. Hoy comienzan una nueva etapa, y estamos seguros de que la recorrerán con pasión, entrega y humanidad.
